A primer vista, puede parecer que la teoría musical está llena de “reglas”. Coge cualquier buen libro de texto de teoría y encontrarás descripciones detalladas sobre cómo nombrar, construir y analizar escalas, intervalos, armonías, progresiones de acordes, formas de composiciones, y mucho más, que puede nublar la vista de cualquier persona creativa.

Estas descripciones a menudo se comunican de forma que implican que hay una manera “correcta” y una “errónea” de escribir una canción. Sin embargo, esta forma de pensar simplemente no refleja la realidad de la música. La teoría es una manera de dar nombre a las cosas, no un conjunto de reglas a seguir, y puede ser un buen punto de partida para ayudarte a que los sonidos que tienes en mente pasen al papel. Pero no es la última palabra.

La teoría musical realmente consiste en aprender las “reglas” para poder romperlas. Como verás aquí, hay incontables ejemplos en la música en que ir contra las reglas de la teoría acaba siendo exactamente lo que una canción necesita.

Intervalos paralelos perfectos: “Johnny B. Goode” de Chuck Berry

Una de las reglas que más se rompen en teoría de la música es la de evitar los intervalos paralelos perfectos.

Si has tocado alguna vez un “power chord”, has tocado un intervalo perfecto. En la teoría clásica, los intervalos paralelos perfectos se evitan porque (entre otras razones) hacen que las voces individuales pierdan su independencia, resultando en un sonido más delgado e incluso tosco.

Puedes oír esto tú mismo.  Prueba a tocar una quinta perfecta, una cuarta perfecta o una octava perfecta, luego sigue con otro intervalo perfecto y mira cómo suena. Vuelve a probar y esta vez pasa del intervalo perfecto a algo así como una tercera. Notarás que el intervalo perfecto suena casi “en descanso” o “cómodo” para tus oídos. Continuar con eso mucho rato puede ser aburrido, así que los compositores clásicos usaban intervalos más disonantes, mayores, menores, disminuidos o aumentados para añadir movimiento a una pieza.

Sin embargo, si Chuck Berry hubiese decidido seguir estas reglas, nos habríamos perdido las partes de guitarra de “Johnny B. Goode” y el sinfín de música de rock clásico que siguió.

Hoy día, casi toda la música rock y pop depende de intervalos paralelos perfectos.

Tocar el acorde equivocado: “Space Oddity” de David Bowie

Otra regla común en teoría musical es tocar la clase correcta de acorde para cada uno de los acordes de un tono concreto. Así, si estás tocando en Do Mayor, los acordes diatónicos (acordes dentro del tono) sobre los que deberías formar tu progresión son Do, Re m, Mi m, Fa, Sol, La m, y Si dim.

Seguir esta regla es un buen punto de partida si buscas sólidas progresiones de acordes. Los acordes diatónicos casi siempre sonarán bien juntos, por lo que puedes crear una correcta progresión de acordes sin pensar demasiado. Pero esta regla se ha roto muchas veces al servicio de grandes canciones.

El catálogo de canciones de David Bowie es un buen ejemplo de esto. Piensa en los breaks de guitarra acústica en “Space Oddity” (que también está en Do mayor). Los acordes en esos breaks son Do, Fa, Sol y La. Fíjate en que el La no es un acorde menor. En su lugar, Bowie toca el tipo de acorde erróneo y suena ¡INCREÍBLE!

Tocar el tipo de acorde “equivocado” no significa que hayas tocado el acorde equivocado: a veces el error es hacer lo correcto para la canción.

Tocar en el tono equivocado: “Fistful of Steel” de Rage Against the Machine

Finalmente, una regla típica sobreentendida en la mayoría de la música tonal es que no debes tocar en el tono equivocado. Las razones de esto son bastante obvias: tocar en el tono equivocado puede sonar terrible (todos conocemos esa sensación de vergüenza cuando tocamos una nota equivocada). Sin embargo, hay algunas maneras fantásticas de romper esta regla.

Un gran ejemplo es la introducción de “Fistful of Steel” de Rage Against the Machine. La canción está básicamente en Fa# menor. Pero la mitad de la parte de guitarra está hecha de armonías de Sol mayor. Yuxtaponer Fa# menor y acordes de Sol mayor es increíblemente disonante porque Sol mayor tiene muy poco que ver con F# menor.

Como resultado, el guitarrista básicamente está tocando en el tono incorrecto la mitad del tiempo. Y aun así, ¡funciona! En vez de sonar fatal, transmite el desasosiego de la canción muy eficazmente. Realmente muestra que todo es posible en música y en teoría musical.

Todas las reglas tienen sus límites y vale la pena romperlas a veces, pero romperlas es normalmente más eficaz cuando sabes de entrada cuáles son las reglas y por qué están ahí. Conoce las reglas para romperlas de forma inteligente, ¿vale?