7 cosas que pueden hundir tus canciones: ¡cuidado con los malos hábitos al componer!

[Este artículo es un extracto de The Music Producer’s Handbook de Bobby Owsinski.]

El corazón de toda producción musical es su pieza básica: la canción. Es el elemento clave, ya que si no tienes una o varias buenas canciones, no tendrás un buen disco. Puedes tener a los mejores instrumentistas proporcionando excelentes interpretaciones, y puedes hacer un magistral trabajo de producción, pero si las canciones no están ahí, poco público va a seguir después de una primera escucha. De verdad, la historia de la música está llena de artistas, bandas y discos olvidados que tenían todo a su favor menos lo más importante: las canciones.

Este es el motivo por el que estoy dedicando un capítulo entero a analizar estructuras de canciones. Al final, nadie puede predecir lo que será un éxito o lo que podría llegar al corazón de tu público, pero ciertos elementos tienen tendencia a funcionar en música popular de todas las clases desde los inicios de la música grabada. Es útil saber qué funciona antes de probar otras cosas.

Evita estos errores comunes al componer canciones

7 cosas que pueden hundir tus canciones: ¡cuidado con los malos hábitos al componer!Aunque este libro no es un manual de composición de canciones, me gustaría señalar varios problemas comunes que destacan cuando un artista o banda sin experiencia en la composición o los arreglos me tocan sus canciones por vez primera. Ten en cuenta que hablo de canciones de todos los géneros musicales.

Tanto da, rock o country, gótico, rockabilly, o música del espacio exterior, te conviene que la canción sea interesante para tu público concreto, así que presta atención a los elementos que siguen y mira si son de aplicación a la canción o canciones que estás planeando grabar.

 

  1. Demasiado larga

Una cosa que escucho mucho son canciones con secciones demasiado largas. Introducciones de dos minutos, solos de guitarra de tres minutos y finales de cinco minutos son siempre aburridos. La idea debería ser mantener todo interesante y en su punto. Siempre es mejor que una sección sea demasiado corta que demasiado larga. La única excepción es si puedes hacer que una larga sección sea interesante, lo que requiere grandes habilidades como arreglista e incluso así podrías no mantener la atención del público.

Un final realmente largo que funciona, por ejemplo, es la parte final del clásico de Lynyrd Skynyrd “Free Bird”, por los ligeros cambios en el arreglo, golpes y acentos cada 16 compases. Una gran banda, una gran interpretación y un gran arreglo mantienen la atención del oyente hasta el final. Y, después de todo, ese es tu objetivo.

  1. Dispersión

Los compositores principiantes muchas veces tienen canciones a las que les falta un centro, son dispersas, lo que significa que las canciones deambulan de acorde en acorde sin una estructura aparente ni clara distinción entre las secciones. Esto es a menudo el resultado de no haber trabajado una canción lo suficiente y pensar que está acabada antes de que realmente sea así. A veces, si vuelves algunos pasos atrás y profundizas en ella, a la canción le falta acabarla, pero normalmente la única manera de corregirlo es volver a la mesa de trabajo y hacer una completa reescritura.

  1. Estribillo débil

En muchas canciones escritas por compositores neófitos, es difícil distinguir cuándo termina la estrofa y empieza el estribillo, básicamente son lo mismo. Un estribillo interesante tiene algo diferente de la estrofa. Puede ser solo un detalle, como añadir voces de fondo u otro instrumento, o un acento o anticipación a los mismos cambios de acordes y melodía (como en “Uptown Funk”, de Mark Ronson/Bruno Mars, con sus vientos y sintetizador; “Crossfire” de Stevie Ray Vaughn, con sus toques de vientos y la frase de guitarra; o “Don’t Stop ’Til You Get Enough”, de Michael Jackson, con su cojín de cuerdas y frases de vientos).

El estribillo puede ser también muy diferente de las estrofas, con una serie de acordes o una melodía distintas combinadas con cambios en el arreglo como los mencionados anteriormente. “Vertigo” de U2, “The Kiss” de Faith Hill o el clásico de los Eagles “Hotel California” corresponden a esta categoría. En cualquier caso, algo tiene que cambiar en el estribillo para subir la energía y que la canción sea memorable.

  1. Ausencia de puente

Otro error común en la composición de canciones es no incluir un puente en una canción. Un puente es un interludio que conecta dos partes de una canción. Construir una conexión armónica entre esas partes por medio de aumentar o disminuir la tensión. Normalmente la estrofa se toca al menos dos veces antes de que se introduzca un puente. El puente puede entonces sustituir a la tercera estrofa o precederla. En el último caso, el puente retrasa un estribillo que se estaba esperando.

El estribillo tras el puente normalmente es el último y a menudo se repite para acentuar que la canción se acerca al final. Cuando esperas escuchar una estrofa o un estribillo, pero oyes algo que en música y letra es diferente de ambos, suele ser el puente (me viene a la mente “Firework” de Katy Perry).

Un puente es importante porque proporciona una cualidad básica presente en todas las formas de arte: tensión y relajación (en música, pasar de fuerte a tranquilo o de tranquilo a fuerte; en pintura pasar de colores oscuros a claros; en fotografía, luces y sombras, etcétera). Usar la tensión y la relajación mantiene el interés. El puente a veces es el punto más alto de la canción, el momento en que está todo a su máximo volumen e intensidad (fíjate en el puente de “Rope”, de Foo Fighters). O el puente podría ser uno de los momentos más tranquilos y menos intensos de la canción (“Baba O’Riley” de The Who, cuando Pete Townsend canta “it’s only teenage wasteland”).

Casi todas las grandes canciones tienen puente, pero hay excepciones ocasionales. Canciones que están basadas en un patrón estricto de blues de 12 compases normalmente no tienen puentes. Un ejemplo podría ser el clásico de ZZ Top “Tush”. No hay puente en la canción, pero el fill de la caja después de la última estrofa que lleva a la salida de la guitarra hace las veces de momento de relajación de la tensión. Otro ejemplo sería “American Woman” de Guess Who/Lenny Kravitz, donde hay solo cuatro compases de un ritmo de guitarra diferente y una parada.

Y luego están las canciones que pueden pasar sin un puente en virtud de cómo han sido arregladas o lo larga que es cada sección. “Dreams” de Fleetwood Mac tiene solo dos estrofas y tres estribillos, pero escucha cómo está construido todo para que el punto álgido de la canción sea el último estribillo.

  1. Arreglos pobres

Incluso con grandes compositores, este error es el más común. Normalmente esto significa que la guitarra o el teclado tocará la misma frase, acordes o ritmo a lo largo de toda la canción. Esto puede funcionar perfectamente e incluso puede ser una gran elección de arreglo si otro instrumento toca una contra-línea o ritmo, pero normalmente solo significa que el arreglo será aburrido. Tienes que asegurarte de que la canción mantiene el interés, y esto supone agregar líneas y frases. Un ejemplo de canción en la que una estructura de este tipo funciona es (una vez más) “American Woman”.

  1. Falta de “gancho” de inicio/final

Si hablamos de música pop moderna (ni jazz ni clásica), la mayoría de las canciones tienen una línea instrumental, o “gancho”, que se escucha al principio de la canción, quizá en el estribillo, y en cualquier lugar en que la introducción se repita en la canción. Grandes ejemplos de “ganchos” son el riff de guitarra inicial de “Satisfaction”, de los Stones, el silbido en “Moves like Jagger” de Maroon Five, o la parte inicial de piano en “Clocks” de Coldplay. Desarrollar “ganchos” de entrada o salida en una canción es uno de los mayores retos a los que se enfrenta un productor.

  1. Falta de dinámica

Una vez más, uno de los secretos para crear una canción interesante es usar la tensión y la relajación. En cuanto a dinámica, la tensión y la relajación se expresan a través de sonar fuerte y luego suave (o viceversa) Graduando el nivel de volumen en una escala del 1 al 10 (siendo diez el volumen más alto), la canción típica será algo así:

7 cosas que pueden hundir tus canciones: ¡cuidado con los malos hábitos al componer!

Fíjate en cómo la canción respira en cuanto a volumen, de fuerte a suave, de más fuerte a más suave, de fuerte a realmente fuerte. Fíjate en cómo se construye la intensidad. Esto es tensión y relajación. Incluso si la canción no usa esta estructura, siempre tienes que tener en cuenta el envoltorio de volumen de la canción antes de grabarla. Al final, el sonido y los arreglos serán mejores desde el principio.

Para más consejos, lee The Music Producer’s Handbook.

[Foto del Museu de la Música de Barcelona extraída de Wikipedia.]