[Artículo escrito por Dave Ruch y aparecido originalmente en su blog.]
Dejé mi trabajo de traje y corbata en marketing a los 27 para ir en pos de lo único que siempre me importó, tocar música.
De esto hace 26 años.
Mirando hacia atrás, hay muchas cosas que me hubiera gustado saber entonces, cosas que me hubieran ahorrado un montón de dolores de cabeza.
Espero que una o más de estas cosas sean útiles para ti…
- Me quemé a base de tocar 4-5 noches a la semana
Durante 3-4 horas cada noche….
Quizá tu tengas más aguante que yo.
En mi caso, solo hicieron falta dos años y medio de música a tiempo completo para desarrollar un caso de tendinitis muy debilitante debido a conciertos demasiado largos en bares con bandas ruidosas.
En 1995, de repente, ¡me enfrenté a la obligación de reducir considerablemente mi actividad como instrumentista mientras seguía ganándome la vida como músico!
(Si sientes curiosidad por saber cómo lo conseguí, puedes ver más aquí.)
- ¡Los seguros médicos son caros!
Santo cielo.
Olvídate del debate actual en torno a los pros y contras de la seguridad social aquí en Estados Unidos, la asistencia sanitaria sencillamente es cara, y cada año lo es más. Tenlo en cuenta en tus planes.
- Puedo desgravarme toda mi ropa
¡Y mi nuevo ordenador!
Durante los primeros años de autoempleo, me hice yo mismo las declaraciones de impuestos y no tenía ni idea de todo lo que me podía deducir.
Una vez que lo pensé mejor y contraté un gestor, pude ahorrar un montón de dinero (mucho más que los honorarios del gestor) aprovechando las deducciones que desconocía.
Muy recomendable.
- Enseñar a la gente a tocar solo es divertido si estudian
(Lo que no hacen. Al menos no habitualmente.)
Gran parte de mi plan en 1992 era generar algunos ingresos dando clases de instrumento fuera de mi casa.
Me espabilé para conseguir alumnos y funcionó. En seis meses mi negocio de las clases llegó a un número constante de 30-35 alumnos a la semana.
Resultó un buen trabajo diario, y me mantuvo practicando al pasar tantas horas cada día con un instrumento en las manos.
Sin embargo, cuanto más lo hacía, menos lo disfrutaba.
Aunque mis alumnos parecían perfectamente felices volviendo cada semana a charlar un rato y repasar las mismas cosas que habíamos hecho la semana anterior (y la anterior a la anterior), y luego volver a ser absorbidos por sus ocupadas vidas, sencillamente no me sentía satisfecho.
Me gustaba el lado social, pero no me llenaba la enseñanza. Así que abandoné la docencia.
- Nadie en el público está analizando cada nota que toco y canto.
Están ahí para pasarlo bien, y punto. Ayúdales a hacer eso, y todo el mundo sale ganando.
O, dicho de otro modo: relájate.
- Algunos días habrá MENOS tiempo para la música que antes
¿Qué?
Es curioso volver la vista atrás y pensar en las visiones utópicas que tenía sobre lo que sería mi vida después de liberarme de mi trabajo en la empresa para dedicarme a la música.
Me figuraba largas y profundas conversaciones con colegas artistas, mucho tiempo para tocar y crear música, cantidad de tiempo para trabajar sin prisas en proyectos de grabación, etcétera.
¿Entonces esto no es así?
Bueno, no si necesitas ganarte la vida decentemente. Es más bien así, y así.
No lo cambiaría por nada en el mundo, pero no es exactamente como me lo figuraba.
- ¡Puedo ganarme la vida como músico independiente!
Increíble.
Realmente no tenía ni idea de cómo saldría este experimento cuando decidí dejar mi trabajo seguro (con sus beneficios) hace tantos años.
Retrospectivamente, me siento muy afortunado de haber hecho el cambio cuando era joven y podía adaptarme, soltero, y sin grandes gastos. Pude permitirme probar suerte, y tenía un grado universitario al que agarrarme si todo salía mal.
¡Pero no salió mal!
¿La gran lección?
Si hay una cosa que he aprendido sobre el camino del artista independiente, es que hay cientos de rutas trilladas que puedes tomar, y muchas más que pueden crearse de la nada.
Me gano la vida totalmente como músico sin cruzarme para nada con la “industria musical”.
Imagínate.
Es la capacidad de trabajar realmente duro en levantar tu negocio –sí, tu negocio– lo que puede determinar cómo te van las cosas.
Para aquellos que hacen esto como medio de vida, ¿qué más añadirían a mi lista?