Si te encuentras una situación de conflicto en una banda o entre los músicos con los que trabajas, lo primero que hay que hacer es abordar el asunto como un grupo de forma que todas las voces sean escuchadas.
La música tiende a conectarnos con gente de todo tipo – algunas de las amistades más improbables han surgido con la música como común denominador. Sentir esta cercanía, particularmente entre los miembros de una banda, puede ser algo mágico, pero puede asimismo acarrear algunos retos personales.
Los conflictos y desacuerdos internos son inevitables cuando pasas el tiempo suficiente con cualquier grupo de gente, y las bandas no son una excepción. Aunque es completamente normal, deberías aprender cómo anticipar y prever estos obstáculos para que no afecten a la capacidad de tu banda de reunirse para crear una música magnífica.
Lo primero es identificar la raíz del problema. ¿Tiene algo que ver con el dinero? ¿Con una dirección creativa que genera conflicto? ¿Con problemas personales? Todo esto es bastante común, problemas manejables que las bandas afrontan habitualmente. Los conflictos relativos a las fechas y los horarios, a las múltiples prioridades, y a los egos, pueden interponerse a la hora de conseguir que las cosas salgan bien, pero una vez identificados, lo normal es que haya una solución.
Gestionar el tiempo, el dinero, y los asuntos personales es una habilidad que cada miembro de la banda necesita poseer. Debería ser evidente quién valora el tiempo y el compromiso de los colegas de banda basándose en su asistencia a los ensayos y en su disposición a dedicar un tiempo extra cuando el asunto lo requiere.
Si un patrón o una conducta repetitiva e indeseada se está convirtiendo en un problema, lo mejor es abordar el tema como grupo para que todas las voces puedan ser escuchadas. Asegúrate de que tu banda tiene planificación, presupuesto, y canales de comunicación acordados para estimular a los miembros a hablar cuando surja algo de lo que preocuparse. Si sientes que la banda puede estar aún más organizada, ¡sugiérelo! Los miembros de la banda deberían sentir que son bienvenidos cada vez que expresan nuevas ideas o estrategias para mejorar el grupo entendido como un todo
Cuando sea posible, ceder en lo que toca a asuntos menores puede funcionar como parche, pero hacerlo frecuentemente puede hacer que todo se vaya a pique. Si los miembros de la banda se ponen innecesariamente tercos con determinada cuestión, o en caso de que transigir pudiera herir al grupo en su conjunto, entonces se necesita actuar dando un paso adelante.
Por ejemplo, si un miembro de la banda falla regularmente a los ensayos o deja de pagar su cuota, pasárselo por siempre por alto puede dañar al grupo en su conjunto. Tal vez sea necesario imponer normas de conducta más estrictas, identificar expresamente las consecuencias de los incumplimientos repetidos, o valorar la posibilidad de dejar que esa persona se marche. Todos los miembros de la banda deben ser responsables de sus acciones. Si no es así, lo más probable es que el problema continúe.
Si tu banda pasa por múltiples o repetidos conflictos, tal vez deba contemplarse la idea de delegar en un miembro para ser el mediador o el que tome las decisiones. Aunque este tipo de organización puede no ser apropiada para todas las bandas, en algunos casos, puede cortar por lo sano con disputas triviales o que causan división. Tener una voz de la razón capaz de mantenerse fría frente a las emociones del grupo puede ser efectiva a la hora de resolver las cosas con rapidez y eficacia para que puedan ustedes dedicarse al trabajo que tienen que hacer.
Si todo falla, puedes optar por aceptar aquello con lo que no estás de acuerdo. Tal vez no sea la solución que esperabas, pero a veces aceptar las diferencias es necesario, especialmente si no quieres arriesgarte a que se monte un buen jaleo o incluso a una separación definitiva. Adoptar una postura profesional puede ayudarte a poner al margen tus emociones y a pensar en tu banda más como en un negocio y menos como en una relación personal. Separar las emociones de los negocios y adoptar un enfoque racional para solucionar los problemas es útil cuando hay que tratar con personas con quienes hemos trabado una relación personal cercana.
A pocos nos gusta la idea de tener que ocuparnos de los conflictos, pero para que cualquier relación florezca, es algo que debe hacerse. Si tu banda tiene alguna oportunidad de triunfar, debes estar dispuesto a superar los conflictos y trabajar en prevenir los problemas para que no surjan en un futuro.
Creando una planificación, fomentando una cultura de la confianza, haciendo fácil la comunicación entre los miembros de la banda, y asumiendo cada uno su responsabilidad, los músicos pueden prevenir la separación de una banda. Superar el conflicto en una banda puede ser tan sencillo como tener a un líder previamente designado, o tan drástico como expulsar a un miembro del grupo, pero en cualquier caso, los problemas deben afrontarse.