[Artículo escrito por el colaborador invitado y productor musical Jamie Hill.]
Ok, que levante la mano quien se sienta aludido. ¿Alguna de las siguientes afirmaciones te describe?
*Has estado trabajando en tu disco durante más de un año, y te sientes atascado.
* Estás creando tu obra maestra. Se trata de algo especial, y necesita más tiempo que los discos corrientes.
* Estás en tu 25ª ronda de mezclas. ¡Ya sólo necesitan un par de cambios más!
* Sigues oyendo diferentes ideas acerca de lo que la mano izquierda podría hacer en la parte de piano cuando llega la estrofa de esa canción.
* Todavía no puedes publicar este álbum. Aún no es perfecto. ¡Pero está verdaderamente cerca de serlo!
* Sigues pensando que necesitas cambiar ciertos pequeños detalles. Y después, dentro de una semana, estarás cambiándolos de nuevo para dejarlo todo como estaba.
* Trabajar durante tanto tiempo en tu disco te ha hecho perder toda perspectiva, y ahora ya no tienes ni idea de cómo suena realmente.
¿Algo de lo anterior te suena familiar? Si es así, no te desanimes: no estás solo. Saber cuándo terminar una grabación es probablemente la más difícil de las cosas que implica la producción de un disco.
Ahora que todos tenemos ordenadores, grabar se ha liberado en gran parte de las restricciones de tiempo y presupuesto. Podemos seguir abriendo nuestras sesiones y modificando cosas, en la comodidad de nuestras casas, sin que nos cueste nada y durante todo el tiempo que queramos. Viéndolo por el (tremendo) lado bueno, esto es un verdadero y revolucionario ejemplo de cómo poner los medios de producción directamente al alcance del proletariado. Hoy en día todos nosotros tenemos acceso en nuestros ordenadores portátiles a estudios virtuales que pueden producir resultados que hace veinte años habrían requerido un gasto de cientos de miles de dólares en equipo. Por no mencionar la posibilidad ilimitada de recuperar mezclas y archivos de sesión.
Si lo vemos por el (también tremendo) lado malo, si no tienes aptitudes de producción bien desarrolladas, cada canción tiene el potencial de convertirse en un laberinto interminable de infinitas elecciones. Y esto es malo, por un puñado de razones:
* A un nivel puramente estético, creo fuertemente que las grabaciones más sólidas vienen a ser como instantáneas del punto de la vida en que estaba la gente que las hizo en ese determinado momento. Si trabajas en tu disco durante demasiado tiempo, es posible que pierdas esa sensación del todo importante de estar capturando el espíritu del momento.
* Si la analizas en exceso puedes llegar destruir una grabación interesante. Este es un concepto aparentemente sencillo que alguna gente no llega a captar en toda su carrera. Vuelve a leer este párrafo.
* Relacionado con lo anterior: si sigues mirando atrás y revisando infinitamente las cosas, corres un riesgo cada vez más alto de eliminar todas las peculiaridades que hacen de tu grabación algo único e interesante. ¿Sabes cuando escuchas en la radio una brillante cagada tan perfecta que carece completamente de alma y está desprovista de cualquier conexión humana? Tú no quieres grabar ese disco.
* Tu mejor trabajo va a estar siempre justo delante de ti. Tienes que creer esto; es la principal definición de lo que significa ser un artista. Así pues, dado lo anterior: cuanto más tiempo pases volviendo a trabajar una y otra vez y hasta el infinito en el disco que te traes entre manos, más te estarás privando de la posibilidad de avanzar y descubrir lo que te está esperando sólo un poco más allá. ¿Y por qué habrías de privarte a ti mismo y a propósito de la posibilidad de progresar como artista?
Te siento cabecear en señal de asentimiento; todas estas cosas son malas de verdad. Así pues, ¿cómo haces tú para evitarlas? Este será el tema del artículo de la próxima semana.
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Bio del autor: Jamie Hill es un productor de discos independiente, ingeniero musical, y autor. Estuvo nominado al premio al Mejor Productor en los Premios de la Música Independiente de 2014. Hill trabaja en varios géneros, sobre todo en espacios musicales alternativos e independientes, con bandas como ArnoCorps, Shannon Curitis, y muchas más. Ha tenido éxitos comerciales internacionalmente con los favoritos del indie-pop sueco Jens Lekman, cuyo disco An Argument With Myself se estrenó alcanzando el Top Ten del Billboard Heatseekers en múltiples países.
Originalmente publicado en Pyragraph.com.