Entrevista con Jeanine Cowen, compositora, emprendedora y propietaria de la empresa de música para cine y vídeo JMC Music, Inc.
Entrevista de Keith Hatschek, aparecida originalmente en Echoes.
Como dueña de su propia empresa de creación de música para cine y vídeo, JMC Music, Inc., Jeanine Cowen está especialmente cualificada para hablar de la doble carrera de compositor/emprendedor. Percusionista de formación clásica, se sintió cautivada por la composición para cine cuando una amiga y colega le pidió que compusiera música para un cortometraje. Se enamoró de la potencia y los matices que la música podía aportar al arte cinematográfico.
A medida que tu carrera ha avanzado, ¿qué habilidades te han sido más útiles?
Ser capaz de leer música ha sido de una utilidad enorme. Empecé a componer cuando estaba en el instituto, y poder orquestar y arreglar y pensar en lo que los otros músicos precisan y pueden hacer ha sido importante para mí, y creo que me ha llevado a estar más cómoda en el estudio y a ser capaz de obtener lo que necesito de los músicos. La otra cosa que realmente ha sido clave para mí fue mi formación en Berklee College of Music, obligándome a salir del esquema del músico clásico y pensar en improvisación y jazz. Experimentar con muchos géneros diferentes de música me ha llevado a ser una compositora de cine mucho más versátil. Nunca sabes qué vas a escribir. Tienes que ser capaz de cumplir el encargo. Debes ser competente en muchos estilos musicales.
Así, ser un compositor o arreglista de cine es realmente un trabajo generalista porque cada director de cine te viene con un conjunto diferente de retos.
Sí, y también debes conocer tus propias limitaciones, así puedes contratar o consultar a la gente capaz de llevar a cabo las partes que tú no puedes.
Y muchas veces, como compositor de cine, escribes algo que normalmente no habrías escrito por tu cuenta. Necesitas ser capaz de unir tu intuición con las necesidades del encargo. Al final estás trabajando para otra persona.
¿Te asustó el momento de dejar la escuela y decir, “soy responsable de mi próximo sueldo, tengo que encontrar a mi próximo cliente…”
¡Durante mucho tiempo fue todo un reto! Cuando trabajas para ti mismo y eres realmente el dueño de lo que te ocurre, tienes que tener fe. Tienes que ser capaz de decir “sé que esto va salir bien”.
Una de las cosas que aprendí es que tengo que tener al menos un mes o dos de gastos de manutención cubiertos en el banco, así cuando llega el final de un proyecto no tengo la presión de coger otro proyecto que no necesariamente aceptaría en otras circunstancias. Como compositor, debes hacer la música que te sale de dentro.
Tener proyectos con los que te identificas te permite hacer eso. Si estás componiendo para un proyecto en el que realmente no crees, te costará mucho ser convincente.
¿Cómo es un día típico para ti?
Mi día típico es una combinación de componer música y ser administradora de mi negocio. Tienes que pagar las facturas, escribir los cheques y hacer las llamadas. Y luego hay una cierta cantidad de problemillas que suelen aparecer todos los días. Si consigo pasar la mitad del día escribiendo música, estoy realmente satisfecha.
Entonces componer una parte fundamental del negocio, pero no el negocio no es solo eso.
Sí, y creo que esa es la diferencia. Tú eres un músico… en un negocio. No es un hobby; estás realmente llevando un negocio. Y esto es así tanto si trabajas para otros como si diriges tu propio negocio. Hay algunas cosas que tienen que ser así porque tienes clientes.
Háblanos de tu primer encargo de banda sonora. ¿Cómo empezaste, cómo te llegó, qué tal fue, y cuál fue?
Mi primer trabajo de música para el cine fue una película llamada Home Before Dark. Lo conseguí porque la directora había llamado a Mason Daring y él no tenía tiempo y me recomendó a mí. Fue toda una experiencia. La directora, Maureen Foley, y yo nos llevamos muy, muy bien. Era una película de bajo presupuesto, pero ha tenido bastante éxito. Todavía escucho la partitura y no sé cómo la escribí. Compuse una de las entradas en la partitura la noche antes de la sesión de grabación, en realidad esa misma mañana.
Tu currículo también incluye composición para videojuegos. ¿Es muy diferente de componer para el cine?
Es diferente, porque si trabajas para una compañía de desarrolladores, está todo mucho más estructurado y tienen tiempos y momentos a los que tienes que ajustarte. El aspecto de la colaboración es muy diferente porque estás a menudo trabajando directamente con los artistas visuales, los animadores y el equipo de desarrollo. Por mucho que la industria del cine se base en el trabajo de equipo, no te ves tanto las caras como haciendo música para videojuegos. Componer para el cine puede ser solitario. Y puede ser un proceso mucho más largo.
¿Puedes identificar algunas habilidades clave que debería desarrollar alguien que quiera ser un compositor como tú?
La capacidad de cumplir plazos es muy importante. No puedes ser alguien que no cumple con las fechas, o no te volverán a contratar. Tienes que tener una pasión por la música que escribes, no puedes dejar que te propongan componer una partitura para algo en lo que no crees. Tienes que ser capaz de imaginar nuevos ángulos (musicales). Si el cliente quiere algo que simplemente no quieres hacer, necesitas pensar por qué esto es así y cómo trabajar en algo que sí puedas hacer. Ser capaz de hacer eso es esencial.
¿Crees que encontrar un mentor como tú hiciste es aun lo mejor para empezar como compositor novel, una vez se tienen las capacidades musicales necesarias?
Creo que es algo que ha cambiado drásticamente desde que dejé la escuela. Hay un par de caminos a seguir. Es cierto que hay compositores que necesitan ayuda; el asunto es que nadie va a poner un anuncio buscando un compositor de cine para ayudarle. Lo que necesitan es alguien que arranque el sistema y lo mantenga en funcionamiento, necesitan técnicos, necesitan editores de música. Creo que esos puestos son valiosos, por la misma razón por la que disfruté trabajando con Mason, simplemente cruzar la puerta y observar. Te sugeriría, sin embargo, que si llegas a esta posición, te marques un plazo de forma que solo hagas eso durante un tiempo determinado.
La otra opción es simplemente abrir la tienda y anunciar al mundo: “Soy compositor de bandas sonoras”. Empieza a seguir las películas independientes que se producen por todo el país. Sal y hazlo lo mejor que sepas. Una de las cosas de ser compositor de bandas sonoras es que debes hacerte una clientela que confíe en ti. Tengo la fortuna de que a lo largo de los años he podido hacer eso, así que ahora tengo a directores que hacen proyectos cada ciertos años que me llaman a mí en primer lugar.
Mirando en retrospectiva tu carrera hasta la fecha, ¿hay algo que sabes hoy y desearías haber sabido desde el principio?
Creo que lo que no sabía era que iba a ser empresaria. Suponía que solo compondría música, y no me veía a mí misma al cuidado de todos los detalles necesarios para dirigir un negocio.
Jeanine ha residido en Boston durante 20 años, aprovechando el excepcional abanico de talento musical a su alrededor para tocar en sus bandas sonoras, incluyendo a miembros de la reconocida Boston Symphony Orchestra. Compone y tiene estudios de producción en Boston y LA para dar servicio a sus clientes de cine, TV y desarrollo de videojuegos.