Tres preguntas con la misma respuesta:
Historia #1: Durante un par de años toqué como acompañante en una banda que se había hecho un nombre en los círculos “indie” después de más de una década de giras a nivel nacional. Durante una de esas giras, estaban a la vez ofreciendo un nuevo álbum a sellos y planteándose un cambio de nombre.
Les pregunté, ¿por qué diablos cambian su nombre (y un buen nombre, además) después de pasar tanto tiempo construyendo una reputación y captando seguidores?
Historia #2: Una vez abrí un email de un músico de Portland que estaba empezando a tener algo de éxito a nivel nacional, y el email era básicamente una disculpa ante sus fans por haber mentido acerca de su edad. Resultaba que era 5 o 6 años mayor de lo había dicho. Tenía una carrera fuera de la música. Su vida no era solo el glamour y la pompa del rock and roll, como había querido hacernos creer.
Me pregunté a mi mismo, ¿por qué mentir por unos pocos años?
Historia #3: Supe de una banda que recientemente ha tenido un gran (GRAN) éxito tras dos décadas de hacer música. La banda estaba intentando conscientemente evitar llamar demasiado la atención sobre su catálogo o su carrera anterior a ese éxito.
Yo pensé, ¿por qué, si de repente tienes millones de nuevos fans, no animarlos a escuchar o comprar también lo mejor de tus discos anteriores?
Creo que la respuesta a estas tres preguntas es: los artistas (y los managers, publicistas o sellos con los que trabajan) asumían, de forma correcta o no, que la edad no es un valor en esta industria; que el público busca frescura (si no juventud); y que reconocer que llevar tiempo en las trincheras de alguna manera mancilla la impresión que causarás en los potenciales fans.
¿¡Qué significa un número!?
Oh, ¿nunca he oído hablar de ti, pero ya tienes 6 discos? ¡Debes estar pasado de moda!
Oh, ¿haces música pop a los treintaitantos? Buffff.
Oh, es mucho más fácil promocionar una banda emergente. ¡Menos lastre!
Es decir, ¿se supone que todos somos artistas completamente hechos a los 18? ¿No damos pasos en falso o tenemos simples tropiezos con la idea de éxito? Todo esto es basura.
En los tres casos mencionados, no culpo a los artistas. Me siento mal por ellos. Simplemente se enfrentan a una presión muy real (o al menos percibida como real) ejercida sobre los músicos para que sean jóvenes, y, si no son jóvenes, nuevos.
Pero hablemos por un segundo de la vida real.
La vida real, donde la mayoría de la gente no alcanza el éxito al primer intento.
La vida real, donde todo el mundo envejece, y a veces para mejor.
La vida real, donde la diligencia, la productividad, y la pasión pueden dar frutos a la larga.
¿Por qué debería ser diferente en el mundo de la música?
Este es el lado positivo: no es diferente (en circunstancias lógicas); realmente puedes ser joven, viejo, nuevo, veterano, lo que sea. Puedes ser TÚ y aun así tener éxito, SI defines éxito como algo que te mantiene, paga las facturas y te conecta con el público.
Naturalmente, si quieres ser una estrella pop dirigida a un público teen que llena el Madison Square Garden, mejor que seas famoso de joven. Pero si haces música para un público más maduro, no importan lo mayor que seas, o hasta donde se remonta tu carrera, o cuantos álbumes has publicado.
No inviertas tu alma y tu arte en algo que solo paga dividendos para lo joven y nuevo. Todo el mundo llegará a dejar de ser ambas cosas.
La obsesión por la juventud es una enfermedad de nuestra cultura. Es un agujero negro que se traga nuestro tiempo, dinero, pasiones, relaciones, salud… y no nos trae más que ansiedad y sentimiento de culpa.
Mientras tu carrera musical siga adelante, ¡hay una cura!
- Todos los años, en Folk Alliance International, recuerdo que hay toda una economía basada en los conciertos domésticos y salas de escucha donde el público paga por escuchar a artistas mayores tocando sus canciones (algunos de ellos relativamente desconocidos). Es algo liberador, inspirador, participativo (particularmente porque la música es buenísima) estar en un espacio musical en el que la edad no es una barrera para el éxito. No importa qué estilo toques, probablemente hay un público para ti. Búscalo. Nútrelo. Te nutrirá a ti también a medida que desarrolles tus talentos, tu barba se vaya haciendo gris y cambie la forma en que interactúas con tu público año a año.
- Con las plataformas de streaming, los lanzamientos de música ya no tienen un ciclo de vida en las estanterías de las tiendas, ya que no existe un espacio llamado estantería. Esto significa también que estamos menos centrados en esa mentalidad de llevar a la “cabecera del lineal” cualquier cosa que sea nueva. Mis listas de Descubrimiento Semanal en Spotify, generadas automáticamente, contienen tantas canciones de fondo de catálogo como de nuevos lanzamientos, lo que significa que las viejas canciones pueden ofrecerse continuamente a nuevos oyentes. ¡Nunca caducan! Perrin Lamb y Craig Cardiff, dos artistas de CD Baby a los que les ha ido muy bien gracias a las playlists de Spotify, han tenido sus mayores éxitos en playlists con canciones que ya llevaban años en la calle. Y cuando un artista así tiene éxito, sus nuevos fans SÍ acuden a sus anteriores lanzamientos y los escuchan. Esto significa una conexión más profunda, fans más leales y más ingresos por streaming.
- Y en cuanto a cambiar tu nombre, u ocultar tu historia para aparecer nuevo y reluciente, vale, quizá seas la excepción entre mil bandas que adopta esta actitud y triunfa. Pero las otras 999 bandas siguen recorriendo la misma carretera en la que ya estaban, solo que sin la ventaja de la base de fans, reseñas de prensa, historial de giras y catálogo que estaban asociados al viejo nombre de la banda. Si tienes un nombre cutre o confuso, cámbialo ya. Si tu nombre te encaja, pero te preocupa que haya perdido magia, no te rindas. Continúa con el nombre, los fans, el “viaje”. Sigue haciendo cada vez mejor música. Como ocurre con tu nombre real, quizá el nombre de la banda que has mantenido tanto tiempo llegue a representar algo que mejora con el tiempo.
Esta es, por lo menos, mi opinión. ¿Estás de acuerdo? ¿Cuál ha sido tu experiencia como músico cuando se trata de la edad o la “novedad”? Me encantaría leer tus reflexiones en los comentarios.