¿Quién manda en un concierto para niños? (Y cómo asegurarte de que eres TÚ)

 

Has elegido ser un artista para niños. Posiblemente porque te gustan los niños. Has cantado para pequeños grupos y ha sido divertido. Y entonces te piden que des un concierto. Y tú piensas: “ningún problema, lo tengo controlado”.

Cuando llegas allí, empiezas a darte cuenta de cosas que no habías previsto. La primera es que los conciertos son muy diferentes a cantar para un grupo de niños en una fiesta o en una escuela. Las otras cosas son:

  1. Los padres dejan que los niños corran por la sala.
  2. Los niños intentan subirse al escenario.
  3. Los niños más mayores se aburrirán, y eso lleva a las interrupciones.
  4. Los padres no escuchan y hacen otras cosas (chatear con el móvil, hablar…), y:
  5. La forma en que está organizada la sala no va a funcionar!!

Ah!!!!!

Como alguien que ha pasado por todo eso, me gustaría ofrecer algunos consejos.

Antes que nada, haz que le quede claro a la persona que te contrata cuál es la edad ideal del público al que va dirigido tu show. Si hay grupos de diferentes edades, sugiere dos conciertos, una para 3-5 años, y otro para 6-9/10 años. Pueden escoger si quieren un show o dos. Hazles un precio especial por dar dos conciertos con un descanso de media hora entre uno y otro. (En un post anterior, hablé de tocar para diferentes edades y la capacidad de atención de los niños.)

Antes de que empiece el concierto, da unas orientaciones a los padres. Que sepan qué esperas de ellos. Hazlo de forma simpática, juguetona. Me encanta la forma en que Mr. Billy dice a los padres que saquen sus teléfonos, compartan en su estado que están en tu show y luego los silencien durante 45 minutos, para que puedan estar totalmente metidos con sus niños en el concierto. ¡Sí, Billy!

Recuerda que son niños. Puedes tener un espectáculo planificado y, a medida que vas actuando, darte cuenta de que “uh, oh, mi siguiente canción no va a funcionar”. Debes ser flexible.

Si la multitud empieza a subir el volumen, baja tú el tuyo. Los niños, habitualmente (totalmente) se calmarán si empiezas a susurrar al micrófono. Intentar hablar más fuerte solo hace que los demás suban el volumen. Los padres que acaben el concierto agotados y con dolor de cabeza no querrán volver la próxima vez que toques en la ciudad.

Para los conciertos de niños más pequeños, lo mejor suele ser encontrar una distribución del público en que los niños están cerca de sus padres. A veces dejo pasillos muy amplios para que los niños puedan bailar delante de sus padres. Si los niños entran y salen por los pasillos, alguien puede hacerse daño. Actualmente, la responsabilidad es un factor importante. Controlar tu entorno disminuye el riesgo de accidentes.

Los conciertos para niños van mejor cuando hay una mezcla de música de alta y baja energía. Dato científico: los corazones de los niños no pueden mantner actividades de alta energía durante más de una o dos canciones.

Empieza con algo que capte su atención. Que se levanten y se muevan, y luego siéntalos. Habla con ellos. Cuenta bromas. (Ya sabes los temas que les hacen reír). Cuando queden unos diez minutos, baja el ritmo. Termina siempre con algo memorable y con un nivel de energía que los padres puedan controlar cuando salgan del concierto. Los padres lo agradecen cuando ven que entiendes a los niños.

So, who’s in control at a Kid’s Concert? You are. And, the more you understand your audience and are willing to follow their lead, the more fun everyone will have. That includes you.

Así que, ¿quién manda en un concierto para niños? Tú. Y cuanto mejor entiendas a tu público y quieras seguir sus indicaciones, más se divertirá todo el mundo. Eso te incluye a ti.

Cómo mantienes el control sobre tu público? Cuéntanoslo en la sección de comentarios.


[Artículo escrito por Maryann Harman, artista para niños premiada y fundadora de Music with Mar., Inc.]