¿Alguna vez has tomado la guitarra y no has podido dar con los acordes adecuados? ¿O te has sentado al piano y las notas simplemente parecían no estar ahí? ¿Te has sentido atascado al momento de componer? Por supuesto que te ha pasado. A todos nos ha pasado.
Tal vez te hayas visto volviendo a tu zona de confort para ejecutar una progresión de acordes o melodía conocidos en un intento de desbloquearte. ¡Es del todo comprensible! Es natural que recurramos a algo que ya conocemos en momentos de duda. Pero no es la única manera de salir del bache en el que te metes cuando compones una canción, o de superar el bloqueo total del compositor.
La próxima vez que te atasques, prueba una (o varias) de las siguientes maneras de encontrar algo de inspiración y ponerte de nuevo a escribir.
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Juega al «Juego de las 20 canciones»
Escribe 20 canciones en 12 horas. ¿Te parece imposible? Deja que te expliquemos.
La idea de este reto es levantarte y pasar todo el día escribiendo. Un límite de tiempo de 12 horas no parece excesivo hasta que tienes que escribir 20 canciones en ese lapso. Para trabajar dentro de este límite, no puedes ser demasiado exigente con lo que escribes. ¿Te esfuerzas por componer tus canciones y vas haciendo pequeños ajustes hasta que quedan perfectas? Esta es la manera adecuada de abandonar ese hábito, aunque sólo sea por un día.
Lo que resulta realmente liberador de este reto es que las canciones no tienen que ser perfectas, o estar totalmente acabadas, ni siquiera tienen que ser «buenas». Con este ejercicio no estás intentando encontrar tu próximo gran éxito, pero puede ser que te topes con algo genial cuando menos lo esperabas.
En realidad, lo que haces es plasmar tantas ideas como sea posible en un papel o en una cinta como para poder examinarlas más tarde y encontrar lo que podría funcionar y convertirse en algo más serio.
Y como este reto puede ser desalentador, te animamos a que lo afrontes con amigos. Organiza una «fiesta de composición», ya sea en persona o virtualmente, para compartir tus triunfos y recibir compasión por tus frustraciones.
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Participa en el FAWM (February Album Writing Month, Febrero Mes de la Composición de Álbumes)
El FAWM es un reto anual que se celebra cada mes de febrero en el que los participantes componen 14 canciones nuevas en un mes.
Al igual que el Juego de las 20 Canciones, el FAWM pone un límite de tiempo a la composición. Dado que febrero tiene 28 días, equivale a una canción completa cada dos días. Este lapso algo más largo significa que puedes dedicar más tiempo a la elaboración de cada composición. Adelante, sé más exigente con tus decisiones. Trabaja sobre un cambio de acorde. Arriésgate y experimenta.
Mientras que para el Juego de las 20 Canciones puedes organizar un grupo por tu cuenta, el FAWM tiene su propia comunidad online. Compositores de todo el mundo participan en este reto cada año, utilizando el sitio web para criticar el trabajo de los demás, colaborar con otros artistas y compartir consejos útiles para componer canciones.
¡Echa un vistazo al FAWM y súmate a la comunidad!
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Prueba con un reto de 30 o 60 días
¿Escribir una canción cada dos días durante un mes no representa suficiente reto? Prueba con escribir y grabar una canción cada día durante un mes, ¡o dos!
Este reto es una buena mezcla de la idea de «no pienses, sólo hazlo» del Juego de las 20 Canciones, y del entorno comunitario de FAWM.
Al igual que en el Juego de las 20 canciones, las canciones que escribas cada día no tienen que ser obras acabadas. Ni siquiera tienen que consistir en varios compases de una canción. Solo tienen que durar al menos 30 segundos, lo suficiente para tener una idea o un apunte de algo que pueda estar destinado a la grandeza.
Al igual que el FAWM, este reto es más eficaz en un entorno comunitario, así que intenta conseguir a 20 o 30 personas para que te acompañen. Su apoyo significará mucho cuando estés luchando por tu 15ª canción en otros tantos días.
Vas a necesitar ese apoyo, porque este reto tiene una regla de tres golpes. Así es: si durante tres días no compones nada, estás fuera del desafío. Aunque tengas los domingos libres, este reto pondrá a prueba tu ética de trabajo y tu constancia compositiva.
A medida que vayas avanzando en el reto, verás cómo se va reduciendo tu grupo. Lo que empezó con 30 personas puede verse reducido a la mitad a mediados de mes, y si consigues llegar al final, lo más probable es que solo queden tú y otros pocos incondicionales. Enhorabuena. ¡Has conseguido lo que otros 25 compositores no pudieron conseguir!
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Graba una versión de un álbum entero de otro artista
¿Cuál es tu álbum favorito de todos los tiempos? ¿Qué tiene ese álbum que te encanta y que es totalmente opuesto a tu género habitual?
Dedica tiempo a aprenderte un álbum de principio a fin y a grabar versiones de cada una de las canciones. Y si el álbum que eliges es uno que ya conoces lo suficientemente bien como para haberlo memorizado, ¡ya tienes casi la mitad del camino hecho! Solo es cuestión de encontrar las partituras y ponerte a grabar cada canción.
Este reto también te da la oportunidad de ampliar tu paleta, especialmente si eres multi-instrumentista. Si tocas la guitarra y el piano y ya sabes cómo tocar las canciones del álbum escogido a la guitarra, prueba a cambiarla por el piano.
Puedes ampliar fronteras e intentarlo con un álbum con el que no estés familiarizado. Escoge algo que esté fuera de tu terreno habitual y podrás ampliar tu propia composición explorando las composiciones de otros. Si eres un artista de rock alternativo, pide a tu amigo metalero que te recomiende algo. Puede que te salgan unas cuantas técnicas nuevas que podrás llevar a tu género habitual.
Lee más detalles sobre como distribuir un cover de la manera correcta.
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Toca en la banda de otros
Si eres un cantautor en solitario o la principal fuerza creativa de tu banda, ya sabes que ese papel es tu propio reto. Así que, ¿por qué no tocar con otro grupo en el que no seas el principal compositor?
Tocar en un grupo en el que otra persona escribe toda la música, aunque sea temporalmente, puede ser liberador. No tienes que preocuparte de componer para ese proyecto en particular, así que tu atención creativa puede estar en otra parte mientras sigues perfeccionando tus habilidades como músico.
Los pequeños momentos de inspiración pueden surgir durante una sesión de improvisación o, sobre todo, durante las pruebas de sonido, en las que cada miembro está solo cuando afina su instrumento. Si tocas la guitarra, puedes hacer un poco de ruido mientras el baterista se toma una hora para afinar y volver a afinar todo su equipo antes de un concierto. Nunca se sabe lo que puede pasar cuando solo se busca matar el tiempo y no se le da demasiadas vueltas al asunto.
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Copia a tus héroes
Hasta el artista más grande tiene otro artista al que recurre como faro en momentos de duda. Todos tenemos nuestros héroes.
Así que, ¿por qué no copiarles? Ya hicimos esto instintivamente cuando empezamos a tocar. Al fin y al cabo, alguien nos inspiró cuando tocamos por primera vez un instrumento o nos pusimos a componer una canción.
A medida que nos sentimos más seguros como artistas y compositores, empezamos a encontrar nuestra propia voz. Esa es la progresión natural del músico en ciernes. Pero todavía podemos hacer un breve viaje a nuestras raíces y tratar de copiar a nuestros artistas favoritos en busca de inspiración.
Este es el secreto: no vas a ser capaz de copiar perfectamente al artista que amas. La verdad es que tú no eres tu héroe. Tú eres tú, con tus virtudes y defectos.
Si intentas copiar a tu músico favorito, probablemente llegarás a un sitio diferente. Esto es incluso mejor, porque sonarás a ti mismo.
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Destruye a tus héroes
Nos fijamos en nuestros héroes en busca de inspiración. Si estás metido en un hoyo, recurrirás a tu artista favorito para que te dé un empujoncito que te permita desatascarte.
Pero, si ya has seguido ese camino demasiadas veces, intenta hacer lo contrario de lo que haría tu héroe. Citando a Seinfeld, «si todos tus instintos son erróneos, entonces lo contrario tendría que ser correcto».
Si tocas el mismo riff de forma demasiado parecida a como lo hace tu artista favorito, deja la guitarra y toca otro instrumento. Ve en contra de la dirección habitual de tu héroe.
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Trabaja junto a otro compositor
Esto se parece a tocar en la banda de otros. El proceso de componer en solitario puede conllevar cierto aislamiento. Llamar a un amigo para que componga contigo te proporcionará una influencia externa y una perspectiva nueva.
Tal vez tu colaborador te haga una sugerencia que no considerarías si trabajaras solo; o una que normalmente vetarías incluso trabajando con otros compositores. Déjate llevar por la corriente creativa y hazle sitio a ideas que normalmente no aprobarías.
Componer a medias consiste en dejar de lado el ego y aceptar la visión de otra persona, al menos en una o dos canciones.
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Prueba componer con alguien que esté muerto
Hay un montón de material de dominio público escrito por gente fallecida hace ya tiempo. A diferencia de grabar una versión/cover, grabar tu interpretación de una composición de dominio público no tiene costo alguno. Cualquier persona puede utilizarla libremente, siempre que cite al compositor original.
Muchos artistas lo hacen. Las bandas de rock utilizan melodías clásicas para dar seriedad a una canción; los productores de hip-hop toman muestras de jazz antiguo o clips de palabras habladas y las añaden a su mezcla; los artistas de country graban canciones tradicionales del siglo XIX del Gran Cancionero Americano. La composición de las canciones ya está hecha, ¡y no hay que preocuparse por los derechos de autor!
Y recuerda que el hecho de que alguien ya no esté vivo no significa que su música esté libre de derechos. Muchas composiciones y grabaciones siguen estando sujetas a derechos de autor mucho después de que sus creadores hayan fallecido.
Si decides utilizar parte de una composición que no es de dominio público, asegúrate de adquirir la licencia. Y si vas a utilizar una grabación protegida por derechos de autor, obtén el permiso del propietario. Y asegúrate siempre de citar al creador original cuando corresponda.
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Intenta tocar un instrumento diferente
No necesariamente tiene que tratarse de algo completamente diferente. ¿Tocas normalmente la guitarra eléctrica? Prueba los riffs que habitualmente tocas con distorsión en una guitarra acústica. Incluso un pequeño cambio puede aportar una nueva perspectiva sobre los acordes sencillos con los que estás familiarizado.
Este cambio de instrumento puede resultar aún más drástico si intentas tocar con otro del todo diferente, como cuando sustituyes la guitarra por el piano. Cada vez que intentas tocar las mismas notas en un nuevo instrumento, aprendes un nuevo enfoque. Lleva tiempo averiguar cómo hacer funcionar los mismos acordes.
La perspectiva que adquieras con este experimento te proporcionará una nueva visión de tu instrumento habitual cuando regreses a él. Si escuchas cómo suena un acorde en un piano, puede que descubras algo nuevo que hacer con ese acorde cuando vuelvas a la guitarra.
¿Has intentado alguno de estos retos? ¿Te han ayudado a expandir tu manera de entender la composición? Si ya has intentado alguno de ellos o estás pensando en hacerlo, cuéntanos cómo te va en los comentarios.