¿Cómo sabes cuándo has terminado una canción?
Si estás componiendo o en el proceso de grabación, las herramientas de que disponen hoy en día los músicos pueden abrirte un nuevo mundo de posibilidades. Pero las aparentemente ilimitadas opciones pueden venir a convertirse en una especie de ansiedad relacionada con la finalización que te puede provocar terror a acometer algo que en realidad ya está HECHO.
¿Haces apaños y modificaciones sin parar? ¿Te descubres a ti mismo diciendo «Ya decidiré más tarde» tras realizar 25 tomas de voz diferentes? ¿Alternas mezclas hasta que tienes la versión acústica, la versión exuberante, la versión dance, y te es imposible decidir cuál incluir en el álbum? ¿Estás buscando una suerte de Santo Grial sónico?
Como artistas, rápidamente comprendemos que el arte que hacemos rara vez llegará a ser tan bello, tan importante, tan cautivador, tan grande como la idea inicial que estimuló la creación. No queremos volvernos locos embarcándonos en una búsqueda absurda, en persecución de cada la letra, de cada textura, de cada frase hasta introducirnos en un agujero negro del cual la canción jamás regresará.
Pero tampoco queremos ser unos meros artesanos, tan indiferentes a nuestro trabajo creativo como para que cada canción parezca más gobernada por la técnica que por la pasión. ¿Cómo puedes saber cuándo algo es «lo bastante bueno»? ¿Recuerdas cuánto tiempo le llevó a Axl terminar ‘Chinese democracy’? En su caso «lo bastante bueno» probablemente fue mucho más preferible que la perfección.
Aquí tienes unas pocas maneras que he encontrado para ayudarme a manejar esta ansiedad relacionada con la finalización:
1) Sé prolífico. Tener siempre por ahí un puñado de canciones a medio hacer me ayuda a no sentir demasiada presión por acabar rápidamente alguna de ellas. No me estreso por tener que conseguir que una canción sea perfecta desde un principio. De este modo puedo trabajar en una parte, una frase, o una letra de cualquier canción que en ese momento yo sienta que lo pide. Además, en el momento en que empieces de verdad a grabar, tendrás más canciones de las que necesitas y podrás escoger tus favoritas del lote.
2) Entra en un estudio. Entiendo que este es un coste prohibitivo para algunos y creativamente restrictivo para otros. Pero a mí siempre ha parecido funcionarme. Puedo ser bastante rápido y eficiente en un estudio si he llevado a cabo la preparación suficiente y pensado en algunas de las ideas de producción por anticipado. Además, estar gastando dinero por el simple hecho de estar ahí hace que las cosas se centren.
El otro beneficio de esta estrategia, en lo que a organizar el tiempo se refiere, es que probablemente le pedirás a tu banda al completo (o a los músicos de sesión) que se reserven unos cuantos días en sus agendas. Haz la música a toda pastilla en una semana, en dos semanas, como quiera que sea. Pero líbrate a ti mismo de la insensatez de hacerla esta semana un día, dentro de un tiempo otro, y así hasta dispersar las jornadas a lo largo de todo un año.
3) Fija los parámetros antes de pulsar la tecla de grabar. Ten una visión clara de lo que quieres, no un vago sentido de horizontes sin fin. Inventa reglas arbitrarias para que guíen el proceso del tipo «Voy a dejar que en cada canción se toquen solo 4 instrumentos.» «Este álbum no tendrá coros.» «En este álbum cada canción puede tener o cuerdas o vientos, no ambas cosas.» «Todo, excepto las voces, se tocará en directo y por los mismos músicos.» Con esto evitarás dejarte arrastrar. Siempre puedes cambiar de forma de pensar si de verdad NECESITAS añadir esa gaita extra tan especial en la tercera estrofa.
4) Considera la grabación el inicio de tu siguiente ciclo promocional. Sé que esto suena un poco… estratégico. Pero no te preocupes demasiado por ser tan puro. De un modo u otro vas a tener la misma cantidad de diversión o frustración grabando tu álbum. Pero pensar en el álbum como en algo que finalmente deber ser lanzado al mundo también enfocará tus esfuerzos en la grabación. En junio debe estar hecha la selección de canciones. En agosto debe estar mezclado. En septiembre, masterizado.
El diseño de portada tiene que estar en septiembre. Enviado de vuelta para la fabricación de las copias en diciembre. Los materiales de promo han de estar preparados en enero. Las reseñas del álbum lloviendo a cántaros en marzo, para coincidir con el inicio de nuestra gira nacional. Etc. La grabación da inicio a este proceso, y tu compromiso con una estrategia de promoción te conducirá a la finalización del álbum.
5) Escucha las opiniones de quienes os comprenden a ti y a tu música. Puedes sentirte avergonzado de un solo de guitarra chapucero y querer por ello pulirlo. Alguien a quien respetas puede decirte «¡Demonios, no! No toques nada. Esta toma es cruda y visceral y asombrosa. ¡Déjala como está! Si tú mismo eres tu crítico más severo, recluta unos oídos externos. Tal vez te dirán que deberías dar por terminado tu trabajo en ese punto. Ya es lo bastante bueno.
Nos encantaría escuchar lo que piensas acerca de cuándo hay que dejar tranquilo lo que ya es lo bastante bueno y de cómo permanecer centrado y eficiente durante el proceso creativo sin sacrificar la inspiración. Siéntete libre de dejar tus comentarios más abajo.