Joan Vich nos cuenta, desde su experiencia, sobre el futuro de la escena musical
Desde el blog del Músico DIY nos ponemos en contacto con Joan Vich Montaner (Palma, 1972) para hablar de la situación del sector musical español tras la llegada de la pandemia del Covid-19. Joan lleva más de tres décadas vinculado profesionalmente a la música, principalmente en las escenas independiente y underground. Una larguísima trayectoria que le ha dado para hacer prácticamente de todo: ha sido baterista y algo más en varias bandas –ay, los Dirty Boots–, ha currado en tiendas de discos, tenido su propia sala y su propio sello, ha escrito sobre música en numerosos medios, ha sido promotor y programador –entre otros del F.I.B., pionero de los grandes festivales en nuestro país–. Actualmente Joan es –además de muchas más cosas– director de la agencia de management GROUND CONTROL que, entre otros artistas, cuenta en su roster con las aclamadas HINDS, una all girl band española que en las ultimas temporadas ha triunfado a nivel global en el circuito indie.
DIY – Gracias por atendernos, Joan. En primer lugar nos gustaría saber de ti. ¿Cómo te ha pillado todo esto? ¿Qué proyectos te traías entre manos cuando llegó la pandemia? ¿Cómo os ha afectado a ti concretamente, y a tu agencia Ground Control?
Joan: Todo nos pilló por sorpresa, como a todo el mundo, y fuimos reaccionando de manera gradual. Primero cancelamos y pospusimos todos los conciertos y lanzamientos que teníamos en marzo, luego los de abril, luego mayo y junio. Ahora estamos trabajando desde hace meses con la vista puesta en 2021, aunque este verano estamos viendo un tímido resurgir de la actividad. Nada que ver con el ritmo que llevábamos en febrero, de todos modos. Diría que estamos como a un 20% de nuestro ritmo habitual, y no veo indicios de que esto vaya a cambiar durante bastantes meses, si no años.
DIY – Hablemos un poco de la situación en nuestro país. Hace poco leí un post tuyo en Facebook en el que apoyabas la iniciativa británica #letthemusicplay. Y, a la vez que reivindicabas la tradicional autosuficiencia del sector musical en España, reclamabas que una situación tan excepcional requería urgentemente del apoyo de las administraciones. No sé si me equivoco, pero me pareció también advertir entre líneas cierta amargura no exenta de autocrítica, por envidiar una unidad en el sector británico que tal vez en España no se dé. Cuéntame al respecto. Es más expláyate si quieres.
Joan: Vaya por delante que en Gran Bretaña nos llevan muchos años de ventaja en cuanto a una estructura de industria musical que, aquí, solo lleva un par de décadas consolidándose (especialmente en el circuito independiente).
Por otra parte, sí es cierto que allí veo una unidad de acción envidiable y una intención clara de dejar a un lado las facciones, las rivalidades y las individualidades para afrontar un problema que es igual para todos: que la industria musical, en especial la música en directo, va a ser de las últimas cosas que vuelvan a la actividad normal y que ese parón hay que asumirlo y enfrentarlo con ayuda de las instituciones.
En España somos casi 700.000 personas trabajando en este sector. Aportamos el 3.5% del PIB y la gran mayoría de nosotros no recibimos ningún tipo de ayuda (porque no nos ha hecho falta). Creo que es importante y urgente que se atienda a las necesidades específicas de este sector, igual que se está atendiendo a otros: tanto a la hora de establecer una red de seguridad para que la gente esté protegida y tenga posibilidad de pagar techo y sustento, como a la hora de planificar maneras seguras de volver a la actividad económica.
DIY – Cambiemos de tema. Durante la pandemia hemos asistido a una aceleración de la actividad online y del desarrollo de diferentes herramientas, de los conciertos caseros –yo, por ejemplo, me he tragado casi todos los de Elliott Murphy– a los falsos vídeos en directo tipo Zoom. Y estamos viendo como artistas de la talla de Nick Cave han dado el paso de vender entradas a nivel global para asistir en streaming a sus bolos. ¿Cuáles de estas herramientas piensas que han llegado para quedarse y convertirse en una fuente de ingresos y/o promoción estable, en particular para artistas independientes como los que publican y distribuyen en CD Baby? ¿Qué les recomendarías al respecto?
Las herramientas ya estaban ahí y los conciertos online no son ninguna novedad, solo que ahora hemos hecho todos un curso acelerado, tanto promotores y músicos como usuarios y público.
Está claro que han venido para quedarse (insisto: ya estaban aquí), pero tampoco hay que lanzarse de cabeza a abrazar la nueva fe. Los conciertos online no van a cambiar el paradigma de un día para otro; como los conciertos en vivo, dependen de la cantidad de gente que esté dispuesta a conectarse a la red para verlos. Y, en el caso de los conciertos online, dependen aún más de la cantidad de gente que esté dispuesta a pagar por ello, que por la costumbre que tenemos de que los contenidos en la red sean siempre gratuitos, es muchísimo menor.
Como fuente de ingresos lo veo residual, especialmente para artistas emergentes pero incluso para artistas más grandes. Nick Cave ganará mucho dinero en su concierto en streaming pero porque es un evento único. En comparación con una gira de quince o veinte conciertos, sus ingresos serán mucho menores (también lo son los gastos, ciertamente, pero la bajada de ingresos sigue siendo muy importante).
Como oportunidad de promoción estable puede ser una herramienta utilísima, si se tiene una propuesta diferente y de calidad. Lo que al principio de la pandemia era bonito y simpático (conciertos sin medios desde tu habitación) ya no es igual de válido después de tantos meses, a no ser que salga alguien con una personalidad arrolladora o con una labia, presencia o magnetismo especial, que conecte con miles de personas más allá de la música. En tal caso, probablemente esa persona se hará YouTuber y le sacará mucho más partido a su talento.
DIY– Pasemos al que tal vez es el asunto más delicado, los directos. Sé que todo es muy incierto, y más en un momento como este en que, en España, estamos acojonados con la posibilidad de una segunda oleada de contagios, por eso creo que es muy difícil ir más allá del corto plazo. ¿Cómo ves las próximas temporadas tanto para las salas como para los grandes festivales tipo F.I.B., si es que eres capaz de augurar algo?
No me gusta augurar nada, ¡imagina dónde estarán los augurios de la gente que predijo las tendencias para 2020 en diciembre o enero pasado! A corto plazo, y siempre que no haya nuevos confinamientos ni aumento desmesurado de contagios, veo que van saliendo más programaciones y conciertos. Creo que las instituciones deben tomar más la iniciativa y redistribuir sus presupuestos de manera que hagan efectiva esa protección del tejido laboral y empresarial que está en peligro. Contratando empresas, proveedores y artistas locales con el presupuesto que tenían ya aprobado y asignado para 2020 (hay muchas programaciones y eventos que se han tenido que cancelar, pero esos presupuestos no deben perderse y deben dedicarse a reforzar el sector.)
A medio plazo, me preocupa muchísimo la subsistencia de las salas de conciertos, que no pueden aguantar mucho más tiempo cerradas o con restricciones de aforo y son la base sobre la que se sustenta todo lo demás. Sin salas de conciertos, es imposible que exista una escena musical sana.
También creo que el mercado de festivales está seriamente tocado y no estoy convencido de que vaya a haber festivales en 2021. Dejando a un lado esto, y si llegamos al verano que viene con una situación que permita reuniones de muchos miles de personas, la decisión que han tomado muchos de ellos de reprogramar íntegramente el cartel de 2020 (en muchos casos, para evitar tener que devolver el importe de las entradas a una mayoría de los compradores) es un balón de oxígeno momentáneo, pero a nivel de programación no lo comparto. Quedan muchos meses por delante, muchos nuevos discos y nuevos artistas por aparecer en un mercado tan basado en la novedad y la inmediatez.
DIY– Esto está siendo horrible para todos en general, pero por intentar ver algo positivo enmedio del desastre. Ya sabemos que las crisis estimulan la creatividad, y muchos músicos han estado verdaderamente hiperactivos durante el confinamiento. ¿Hay algo que te haya llamado la atención, algo que te haya emocionado y puedas recomendarnos?
Una de las mejores experiencias del confinamiento fue sin duda el Cuarentena Fest: lo pusimos en marcha enseguida entre unos pocos amigos y colegas de la industria DIY y tuvo una repercusión increíble, se extendió a otros países y creó lazos muy bonitos entre la comunidad de músicos participantes.
También guardo muy buen recuerdo de las Charlas Abiertas desde el Confinamiento que hicimos desde Monkey Week, con medio millar de personas conectadas en directo en cada charla, mostrando por un momento esa unidad de acción y esa comunidad de la que hablábamos antes y que ahora, con el retorno gradual a la actividad, parece que se está perdiendo un poco.
En lo personal, como trabajo desde casa de toda la vida el único cambio radical ha sido dejar de viajar tan a menudo. Me ha hecho replantearme la necesidad de esos viajes, también la huella ecólogica que tiene este tipo de vida. No sé si es algo positivo en medio del desastre, ni si puedo cambiarlo mucho sin cambiar de modelo de vida y de trabajo, pero sí es algo que me ha hecho reflexionar.
DIY – Y ya para terminar. ¿Con qué ánimos afrontas lo que está por venir? ¿Qué estrategias –profesionalmente hablando– estás desarrollando para poder seguir al pie del cañón y con la misma ilusión?
Va por días: hay días que tengo claro que vamos a sacar esto adelante y hago planes y pongo iniciativas en marcha, y otros días no acabo de ver una salida, veo las deudas y las facturas acechando y pierdo un poco la esperanza. ¡Afortunadamente, son más los primeros que los segundos! En Ground Control llevamos teletrabajando desde que empezamos, así que estábamos muy preparados para adaptarnos como equipo y en ese sentido hemos aprovechado este tiempo muerto para optimizar aún más nuestra manera de trabajar. Digamos que estamos preparados para funcionar a toda máquina en cuanto nos dejen, ¡el tema es ver cuándo llegará ese momento!
DIY – Esperemos que ese momento llegue lo antes posible, por el bien de la música que tanto nos gusta, ¡qué ganas hay ya de asistir a un concierto! Muchas gracias por atendernos, Joan, «i una aferrada enorme pes coll» (un abrazo enorme en mallorquín.)